[Fanfic] Cap 11.

Esta vez si que venia con la idea de cerrar el blog, pero no xDDD Aquí dejo el capitulo que continuaba... no se que mas voy a traer a partir de ahora, solo sed pacientes.

* (1) -> Tú

* (2) -> Tu mejor amiga.

* (3) -> Tu JUMP favorito

* (4) -> El JUMP favorito de tu amiga.

* (5) -> El mejor amigo de tu JUMP (tiene que ser del mismo grupo)

* (6) -> El mejor amigo del JUMP de tu amiga(tiene que ser del mismo grupo)

*(7) -> Otro jump que te guste

* (8) -> JUMP random 1

* (9) -> JUMP random 2

*(10) ->Otro de los mejores amigos de tu JUMP

*(11) -> Tu postre favorito 

Capitulo 11:

Los primeros rayos de sol aparecían por un hueco de la cortina, alzándose por toda la habitación, haciendo que los ojos de la chica quedaran cegados y tener que parpadear un par de veces para volver a concentrar la mirada.

No había podido pegar ojo en toda la noche, por lo que tenía los ojos rojos por no haber descansado. Estaba sin fuerzas, pero no le entraban ganas de pegar la cabeza a la almohada, y mas, lo que había pasado anoche le ha dejado sin palabras.

Entre sus manos sostenía un trozo de papel quemado. Las palabras estaban impregnadas con sangre.

“No te escaparas de nosotros”

¿Qué había hecho para que le persiguieran así? ¿Por qué la querían matar? Arrugo el papel entre sus manos, haciendo una bola y tirándola a la ventana, pero reboto al estar cerrada. Se levanto de mala manera, le quito el pestillo y volvió a repetir el proceso.

-Cariño, el desayuno ya está en la mesa.- dijo la madre de (3) desde el otro lado de la puerta.

-Ahora bajo- le respondió, cerrando la ventana.

Ya abajo, la madre había tenido la decencia de ponerlos esta vez uno delante de otro. (1) aun recordaba lo que había pasado la vez anterior, pero por lo de la reciente carta no tenía ganas de pensar en eso. Removió sus cereales con la cuchara, intentando no recordar lo que había pasado esa noche.

(3) la miraba con cara de preocupación, quizás, lo que había pasado esa noche no tendría que haber pasado. Se levanto arrastrando la silla, haciendo que la chica se fijara en él. Se acerco a la nevera y saco uno de los tantos (11) que estaban en fila en la parte de atrás.

-¿De qué son?- preguntó, mirando el postre con una mirada insistente. 

-Mira- contesto, mostrándoselo, con un trozo de (11) y la cuchara metida en la boca.

-¿Puedo coger uno?- el otro asintió con la cabeza. (1) se levanto, haciendo el menos ruido posible, sacando un (11) de la nevera y mirándolo con deseo. Los (11) le encantaban, era su postre favorito después de las comidas pesadas, pero ahora lo necesitaba más que nunca. Saco una cuchara del cajón y cuando iba a dar la primera cucharada, (3) se le tiro encima, producto al tropezarse con su propio pie, tirando todo el (11) de ella por encima. Tenía grumos por los hombros, algunos iban resbalando lentamente hasta caer por el canalillo de ella.

-Lo siento- dijo(3), cogiendo un trapo de cocina y esparciéndose lo por los lugares visibles. Cuando iba a pasar su mano por la parte “delantera” se lo pensó. Clavo su mirada fijamente ahí y esta, al darse cuenta, le quito el trapo de un manotazo y con un gran sonrojo se dirigió a su habitación.

-¡Eh tu!- grito (4) desde la puerta de la habitación. -¡Eh!

Un bulto en la cama iba dando vueltas, oyendo como se estiraba y bostezaba. Acomodo bien la almohada y ya no se oyó nada más.

-¡Despierta!- volvió a gritar (4), esta vez se acerco un poco más, manteniendo distancias, pero al ver que no le hacía caso, se dirigió decidido a un lado de la cama, viendo como la chica había escondido la cabeza debajo de la almohada y estaba tapada hasta arriba. Se había enroscado de tal forma que parecía una oruga. El chico cogió un extremo de la sabana y empezó a estirar un poco.-El desayuno está en la mesa.

(2) no tenía muy buen despertar, y esto lo sabían todos los que le conocían. Lo primero que hizo fue pasar de él, pero vio que aun seguía dando la lata. Saco una mano de entre las sabanas y le enseño el dedo, estirando ella también de las sabanas, volviéndose a acurrucar.

-Cht- chasco la lengua malhumorado y volviendo a coger la sabana y tiro de golpe. De tanta fuerza que hizo, la chica cayó al suelo, y por lo que se ve de plancha.- ¿Estás bien?- pregunto rápidamente acercándose a ella.

-¡Eres un tonto!- salto enfurecida librándose de las mantas. -¿Me podría haber hecho mucho daño, eh?- Al ver que estaba bien, se volvió a levantar.

-Bueno, a mí siempre me han dicho que la mala hierba nunca muere.- Y con una sonrisa salió de la habitación.

Poco después se vistió con la ropa de calle. No tenía pensado en quedarse todo el día en su casa. Quería ver Japón.

Bajo al piso de abajo, oliendo un dulce aroma que provenía de la cocina. (4) estaba dentro de ella, sacando unas galletas del horno. Llevaba puesto un delantal y una diadema que le sujetaba el pelo de manera divertida.

-Que mono…- susurro desde el marco de la puerta con un leve sonrojo. Al oír como alguien hablaba se giro, la vio y giro la cabeza despreocupadamente.-Idiota…- rodó los ojos y se sentó en la silla más cerca.

-Toma- le dijo, poniéndole un plato con las galletas que recién había horneado y un vaso de leche.

(2) agarro la primera galleta, la examino y después se la llevo a la boca. Tenía un gusto entre dulce por la masa pero un poco agrio. Intento imaginar que más le había puesto, pero se quedo con la duda y siguió comiéndoselas como si se le fuera la vida.

-(7)-chan, ¿A dónde vamos?- pregunto (8), siendo arrastrado por el otro. Ambos iban a paso acelerado subiendo por la inclinada colina.

-Tú sígueme- dijo con una sonrisa torcida.

El sonido del timbre inundo toda la casa. Una. Dos. Hasta tres veces no dejo de sonar hasta que su madre les abrió la puerta.

-Oh, bienvenidos- sonrió la madre, ofreciéndoles a pasar con una sonrisa. (7) subió las escaleras a toda prisa. Se conocía esa casa como la palma de su mano. Se fue todo recto hasta la habitación del moreno.

-¡(3)-kun!- grito (7), abalanzándose sobre la cama del susodicho, empezando a saltar sobre ella. (3) estaba sentado en su escritorio, sosteniendo un libro de texto sobre sus manos.

-¿Qué haces aquí?- pregunto el otro.

-¡Hemos venido a hacerte una visita!

-¿Hemos?- asomo la cabeza por la puerta y vio como (8) se dirigía hacia ellos, saludándole con la mano.

-¿Dónde está (1)?- pregunto su compañero de grupo, bajándose de la cama.- ¿En la habitación de invitados?- antes de que su amigo pudiera responderle, (7) se apresuro hacia la puerta, abriéndola sin tocar.

(1) en ese momento estaba colocando su ropa interior en los cajones. Giro la cabeza automáticamente. (7) tenía la vista fija en la prenda que tenía en la mano. Un tanga. Ella siguió su mirada hacia donde la tenia él, llegando a lo que tenía en su mano y parte de lo que había en la maleta. El pequeño le miro con una sonrisa traviesa y cerró la puerta después de salir.

-¿Pero qué?- se quedo hay sentada en la misma posición, asimilando todo lo que había pasado. Miro a su alrededor y vio que toda su ropa interior estaba esparcida detrás de ella. –Oh, mierda…- se sonrojo a tal punto que la cara le quemaba, tapándosela con el tanga, y al ver que era eso lo tiro lejos, cayendo de espaldas al suelo.

Por otra parte, (7) había llegado riendo a la habitación del moreno. (8) estaba en otra silla acurrucado echándole un vistazos a los libros que utiliza (3).

-¿De qué te ríes?- le pregunto este, bajando el libro.

-De nada, (1) es muy graciosa.- se acerco al dueño de la habitación y le paso una mano por los hombros, mirándole con cara de picaron.

-Suéltalo- dijo este al ver donde quería llegar.

-¿Has tenido algo con ella?- pregunto, subiendo y bajando las cejas.

-¿Pero qué dices?- exclamo este, el corazón le latía a mil.- ¡Claro que no!- se saco el brazo del hombro y se dirigió a su armario. (7) le siguió con la mirada.

- ¿No va a venir (2)?- pregunto tímido (8), jugando con la cremallera de su bolsillo.

-¿Te gusta (2)?- no lo pregunto, más bien lo grito. (8) negó con la cabeza.

-¡Noo! Solo que me cae muy bien y me lo paso muy bien con ella.

-Ya, claro…

-¿Por qué eres tan mal pensado?- le pregunto (3).

-¿Serán las hormonas?- sonrió, enseñando sus dientes Colgate.

-Te voy a conseguir una novia- continuo el primero, sentándose donde estaba antes.

-Tranquilo, ya tengo a una en la mira- volvió a mostrar su sonrisa de monete y se estiro sobre la cama.

Si hay alguna falta, lo siento, lo he subido tan rápido como he podido y lo he revisado muy deprisa.