* (1) -> Tú
* (2) -> Tu mejor amiga.
* (3) -> Tu JUMP favorito
* (4) -> El JUMP favorito de tu amiga.
Capitulo 7:
(4) miraba el reloj cada dos segundos. La chica hacia que
había bajado hace un cuarto de hora y no había vuelto. Paso a través de la
barra y asomo la cabeza, encontrándose con una profunda oscuridad.
-¿Estás ahí?- no recibió contestación. Dio un paso al frente
y luego unos cuantos más hasta que se encontró con el primer escalón. Palpo la
pared más cercana para ver si daba con el interruptor. -¿Hola?- saco el
teléfono móvil e ilumino sus pasos. Escalón por escalón bajaba cuidadosamente.
La chica y el hombre estaban detrás de las escaleras, viendo
como bajaba con algo de temblor las escaleras desde la oscuridad. (2) estaba
temblando, tenía miedo, y no por lo que le pudiera hacer a ella, si no lo que
le pasaría al chico si se enfrentaban, el otro hombre iba armado con una
navaja.
(4) bajo del todo las escaleras, ilumino todo el lugar
hasta dar con lo que parecía el interruptor de la luz, se acerco a este
decididamente sin sentir la presencia de la otra persona que poco a poco se
acercaba a él, empuñando el cuchillo. La chica al ver esto, le hizo la
zancadilla, y nada más se encendió la luz, el cuerpo del hombre cayó al suelo,
perdiendo el cuchillo. (4) tuvo poco tiempo para reaccionar, ya que pasaba
la mirada de la chica al hombre que estaba en el suelo. Rápidamente se acerco a
ella, pasando por al lado del secuestrador.
-¿Estás bien?- le pregunto luego de sacarle el pañuelo de la
boca. La chica asintió y luego se froto las muñecas que ya estaban libres.
-¡Cuidado!- le alerto, ya que el otro hombre se había
abalanzado hacia el chico.
El chico pudo esquivarlo por los pelos, llevándose una
rajada. Cogió al hombre por el brazo y se lo torció, haciéndole una llave y
tirando de nuevo el cuchillo lejos.
-¿Qué intentas hacer?- le dijo, amenazándolo y apretando más
el brazo contra la espalda, haciendo que el hombre soltara un quejido.
-Maldición…- dijo el hombre, bajando la cabeza resignado. (4) lo empujo contra unas cajas al ver que el otro no ponía resistencia.
Cogió a la chica de la mano y la llevo arriba, cerrando la puerta tras de
ellos.
-¿Qué vas a hacer con él?- le pregunto (2) al ver que el
otro marcaba un numero.
-¿No está claro? Llamar a la policía.- pero cuando le iba a
dar al botón de descolgar una mano le quito el teléfono, apagándolo y
poniéndolo encima de la encimera.- ¿Pero qué haces?
-No les llamemos, dejémoslo estar…
-¿Pero estas loca? Te podría a ver matado, si lo dejamos
libre puede que lo consiga con otras personas.- grito enfadado, intentando
recuperar el móvil que estaba al otro lado del cuerpo de (2), pero esta al
estar en medio se lo impedía.
-Hablemos con él y preguntémosle por que lo hace, tendrá sus
motivos, ¿no?
-A ti lo que te falta es un tornillo, ¿no era evidente?
Quería secuéstrate y pedir rescate.- dijo, perdiendo cada vez más la
paciencia.-Sal de en medio.- amenazo ya, al ver que esta no se movía, la agarro
por la cintura, cogiendo también los brazos en el trayecto y la aparto
bruscamente.
-Por favor…- le suplico la chica, poniendo la mano encima de
su brazo. Él la miro varias veces, y siendo atrapado por esa cara de suplica no
se pudo negar, dejándole paso para que bajara por la puerta.
-Espera, que voy yo primero.-agarro el mazo de partir hielo
y se puso en cabeza.
-Pero que bruto eres…- suspiro y siguió bajando las
escaleras muy pegada a él.
-¡Que monos que son!- grito emocionada (1) al ver como uno
de los koalas se subía a la espalda de su madre.-Ojala tuviera un zoo en casa.
-¿Quieres tener un zoo?- pregunto riendo (3), dando un
sorbo a su zumo de melocotón.
-Me encantan los animales,
en mi casa tengo perros y gatos, pero me gustaría tener de más
variedad.- paso una mano por la reja, intentando que el koala se acercara con
un trozo de fresa.
-Vaya… ¿entonces deberíamos ir a ver a los delfines o es
demasiada ternura para ti?- dijo burlón.
-Cállate.- le mando con una sonrisa, volviendo a hacer el
mismo movimiento que antes.-Ven aquí cosita bonita, no voy a hacerte daño.
-¿Pero qué haces? Así huirán mas de ti.- empezó a reírse, se
acerco a su copa de helado y le quito un pequeño trozo de fresa, se alejo de
ella y tiro el trozo de fruta cerca de la reja, volvió a donde estaba antes,
apoyándose en la reja.-Ahora espera y mira.
Un pequeño koala había visto todo esto desde donde estaba
enganchado, bajo del tronco y con un poco de miedo y demasiado despacio, se fue
acercando poco a poco hacia donde estaba la fresa. (1) miraba esto desde donde
estaba y cuando quería dar un paso para acercarse al animal (3) se lo
prohibió, poniéndole una mano en la cadera. El koala siguió su camino hasta la
fresa, la olio un poco y jugó con ella en sus patitas, hasta que se la metió en
la boca. Acto seguido empezó a buscar si había más trocitos, y al ver que no había
mas clavo la mirada sobre ellos, poco a poco se les acercaba más. La chica
estaba con el corazón a punto de salírsele, el chico le quito un trozo más al
helado y lo lanzo cerca de donde estaban ellos. El animal empezó a correr ya
sin impórtale la presencia de los humanos, y cuando ya estaba suficiente cerca, (3) atrapo la mano de la chica entre la suya y la paso por las rejas,
acariciando el suave pelaje del animal.
-Hace cosquillas.- sonrió.
-¿Pero que estáis haciendo?- grito un señor.
-Hora de correr.- la garro una vez más y corrieron hasta dar
con la primera esquina.
-¿Qué ha pasado?- le pregunto (1), él solo le señalo uno de
los tanto carteles con advertencias y normas.
Prohibido dar cualquier tipo de comida a los animales a no ser que este
supervisada por uno de los cuidadores.
-Vaya…
-No te preocupes.- le animo (3), sujetándole más fuerte de
la mano, haciendo que la chica se pusiera colorada.- ¿Quieres ir a comer? Hay
una pizzería muy cerca.
-¿Comes pizza?- pregunto impresionada.
-Claro que si.- dijo sorprendido.- ¿Qué crees que como?-
pregunto en tono irónico.
-No sé, como eres un idol y tienes que mantener un peso…
-Pero eso no me prohíbe comer comida basura de vez en
cuando, además, ¿sabes qué?- dijo acercándose peligrosamente a ella, hasta
colocar su boca muy cerca de la oreja de esta.- Esta vez es una ocasión
especial. –Un escalofrió le recorrió toda la espalda, poniéndose tiesa al
instante, quemándole la cara de lo roja que la tenia. -¿Vamos?- ella asintió
con la cabeza, siendo arrastrada por el chico.
Llegaron al local donde hacían la comida, colocándose en la
cola y mirando los posibles platos para pedir.
-¿De bebida que queréis?- pregunto la camarera. (3) se giro
a (1), preguntándole con la mirada y al ver que no le respondía pidió por
ella.
Ambos con sus platos se fueron a sentar en las mesas más
alejadas que había. Debajo de un bonito roble.
-¿Cómo te lo estas pasando?- le pregunto el chico, dándole
el primer bocado a su pizza de jamón y queso.
-¡Muy bien!- sonrió. Con máxima delicadeza saco su primer
trozo, y con miedo de que se le callera utilizo ambas manos para llevarse lo a
la boca, dándole un gran bocado.
-Te has llenado la cara de tomate.- rio por lo bajini (3),
quitándole los rastros de tomate con su dedo. (1) bajo la cabeza avergonzada,
teniendo un nudo en la garganta.- Venga, acaba pronto, que ahora nos toca el
espectáculo de los delfines.- le apresuro el chico, con una amplia sonria.
(2) no se despegaba del chico para nada. Vale, quería
hablar las cosas antes de hacer nada, pero aun así ese hombre le daba mucho
miedo. Caminaba casi abrazada al chico, agarrándolo en un acto reflejo por el
brazo malo.
-¡Cuidado!- se quejo (4).
-Lo siento, este sitio
me da mucho miedo.- se disculpo, agarrándole con menos fuerza.
Siguieron bajando las escaleras hasta dar con el final.
Ambos se daron media vuelta, observando como un montón de cajas vacías estaban
esparcidas por el suelo de mala manera, y entre ellas, el cuerpo del hombre.
-¿Esta muerto?- se asusto, yendo de inmediato a ver si
seguía vivo, pero el chico la paro, colocándose de nuevo delante y levantando
el mazo.
Cuando ya estaban los suficientemente cerca, (4) le toco
un par de veces con la punta de su pie y el ver que no corrían peligro bajo el
mazo soltando un suspiro.
-Espera, aprovechemos ahora que esta inconsciente y
atémosle, así será mucho más seguro hacerle las preguntas.- agarro la cuerda
que había utilizado para atar a la chica e hizo lo mismo con él.-Bien, ahora
hay que despertarlo. Ves arriba y trae un cuenco con agua muy fría.- (2) hizo
lo que le pidió y subió escaleras arriba.
Poco después el hombre iba reaccionando poco a poco,
situándose en el lugar.
-¿Dónde estoy?- pregunto mareado.
-¿No te acuerdas?- le dijo el pequeño, colocándose delante
de él.
-Tu… ahora me acuerdo…
-¿Quién eres?- empezó a preguntar.
-…
-¿De dónde vienes?
-…
-¿No me vas a contestar?- le pregunto por última vez el
chico antes de agarrarle por el brazo malo y estrujárselo. El hombre soltó un
quejido de dolor.
-Está bien, está bien, te lo diré, pero por favor, no me
hagas más daño.- tomo aire y luego continuo.- Me han enviado para encontrarme
con ellas.
-¿Ellas?
-Las dos chicas que trabajan aquí, las extranjeras.
-¿Qué pasa con ellas?
-Me han enviado a que las mate.
-¿Qué?- grito. -¿Quién te envía y por qué?
-No puedo decirte nada mas, solo sé que tienen algo raro con
una mafia. – y acto seguido un pitido empezó a sonar. (2) iba bajando con
cuidado las escaleras hasta que se coloco a su lado.
*PUM*
La cabeza del hombre había explotado, salpicándoles un poco
de sangre y cayendo al suelo un especie de chip.
-¿Pero qué?- exclamo (4), apartando el brazo de la cara.
Se giro de inmediato a la chica. Esta tenía los ojos abiertos como platos y le
temblaban las manos, haciendo que perdiera el control de estas y se le cayera
el bol con agua. Se acerco a ella, enterrándola entre sus brazos.
Al principio no le respondió al abrazo y el cuerpo le
temblaba aun mas, si no llegara a ser por los fuertes brazos del chico se
hubiera desplomado. Él le susurraba cosas tranquilizadoras pero no las
escuchaba. Se agarro a la espalda de él
y empezó a llorar.
Él no tenía ni una pizca de idea de lo que estaba pasando a
la otra punta de la cuidad, solo quería estar ahí, con ella, abrazándola,
cuidándola y protegiéndola.
-Tengo que ir al baño- se excuso (1), levantándose del
asiento.
-Vale- le sonrió el moreno.
La chica se dirigió a los baños públicos que quedaban a la
otra calle, cerca de la jaula de los monos. Todo esto estaba siendo observado
por un hombre con oscuras gafas de sol, que se encamino hacia ella nada más
entrar por la puerta de los servicios, sacando del bolsillo una navaja
conocida.
Vuelvo a decir que si hay faltas como nombres originales y tal, lo siento. Esta historia en realidad no era un tu + JUMP.
Esta genial, me gusto muucho continua por favor!!
ResponderEliminarwaaaaa!! Está interesantísimo!! >.< ¿Problemas con la mafia? Valla, la historia está volviéndose cada vez más interesante!!! Me encanta!!!
ResponderEliminarTambién me encanta como escribes!! >.<
Contii!